PARANOIA A PEDAL

domingo, 27 de marzo de 2011

Desastrosa cita a ciegas I


Hace ya años que no hago locuras así por Facebook -aunque no descarto recaer en el error- pero en esta mañana totalmente al pedo en la cual debería estar limpiando un poco la casa pero digamos que no tengo nada que hacer, se me vino a la mente una:

Año 2007:
Me venía hablando con Taponcito hacía tiempo. No hablábamos nada demasiado interesante que yo recuerde, ni fu ni fa. Por las fotos parecía que tenía todos los rasgos en su lugar, y un airecito a Kurt Cobain. Tenía novia.
Tiró un par de veces la idea de vernos pero la verdad que nada me estimulaba a conocerlo, no teníamos "onda" ni tampoco "no onda", podría haber sido un buen conocido mío...
Hasta que una noche yo me sentí muy al pedo, demasiado, con un síndrome pre menstrual recargado de ansiedad absoluta y me empiezo a hablar con el mequetrefe en cuestión. Ideas totalmente absurdas producto de una ansiedad desmedida se me cruzaban: "¿uhh y qué tal si lo conozco y tengo una noche de sexo re increíble como nunca antes en mi vida?, bueno...quizás no pasa nada, tampoco tiene por qué pasar nada, quizás en persona es lo mas capo que hay y nos hacemos re amigos y somos mejores amigos para siempre y después mis hijos juegan con sus hijos y mis perros y gatos con sus perros y gatos ¡ahhh si!"
Y por culpa de este coctel de imaginación desmedida+ansiedad+un vino que me había tomado decidí verlo.
Me pasó a buscar en auto como buen caballero y a causa de la miopía que padezco no lo pude ver bien mientras aun me encontraba en terreno seguro (los escasos metros que separaban la puerta de mi casa y el auto) sino recién cuando me encontré atrapada dentro de su transporte de cuatro ruedas.
El tipo era tal cual se mostraba en las fotos, pero en tres dimensiones y con movimiento. Era simplemente desagradable, sus gestos, su voz, su mirada asquerosa y todas estas virtudes enmarcadas en una cabeza la cual era portada por un diminuto y comprimido tamaño corporal.
Cuando pude comenzar a superar el shock y al fin se me ocurrió cómo fingir un ataque de epilepsia, el muy gil ya había estacionado en el bar que había prometido que me iba a gustar: una cajita de fósforos caretita y todo pero no dejaba de ser una cajita. Y encima en ¡Belgrano! claro, el infeliz eligió el lugar mas recóndito del planeta para ocultarse de la jermu que no creo que lo haya ido a perseguir con una escopeta ni palo de amasar con esa cara de boludo, es mas, esa noche la señorita en cuestión debe haber aprovechado para huir a Sri Lanka con cambio de identidad mediante, para olvidar su tormentoso pasado de novia -encima cornuda-de Taponcito.
Se pidió una cerveza y yo fui al baño a tratar de pensar. La idea básica era huir de ahí y volver a mi camita y borrar mi cuenta de facebook...primer obstáculo: el bar era tan ínfimo que cualquier intento de escapatoria el tipo me podía perseguir con tan solo extender su bracito...en todo caso podía irme rapidito igual y chau pero ¡ohhh destino cruel! entre el síndrome pre menstrual y el vino que me había tomado antes ¡Olvidé mi billetera! bah billetera...olvidé el dinero dentro del "coso" correcto (guardo mi dinero en "cosos" diferentes tales como bolsillos de camperas, carteritas y monederos rotos), me había traído uno vacío...¡no tenía ni una moneda! y yo que pretendía cazar un taxi al vuelo, ni para un bondi desde ese lugar recóndito me alcanzaba. Si volvía caminando hubiese tardado aproximadamente 30 minutos en orientarme, y 48 horas más de caminata entre calles extrañas.
Estando entonces en un panorama desolador, me resigné a tratar de tener alguna conversación y tomarme la birra y que me lleve a mi casa. Esa fue la cerveza mas eterna del mundo, el tipo solo hablaba huevadas y se hacía el canchero y me hablaba mal de la novia y yo con cara de vaca de sonrisa vacía asentía con la cabeza. Apenas se terminó el líquido me disculpé por un enorme sueño que se había apoderado de mi ser a causa de haber madrugado ese día y sugerí que me devuleva a mi morada. El desgraciado en cambio sugirió una cerveza más pero me esforcé un poco y me inventé un par de argumentos mas para darle lástima y que me aparte de su horrorosa vista de una vez por todas.
Volvíamos en el auto, ya casi, la noche del espanto llegaba felizmente a su fin cuando...¡Oh dios mío, no puede ser! ¡Control de alcoholemia!. Juro que no me estoy inventando esta historia...
Le hicieron soplar al infeliz en un tubo blanco ridículo mientras yo me tapaba la jeta y a la misma vez pensaba en robarle la pistola a un policía y secuestrar un vehículo y conducirlo hasta el living de mi casa y tirarme a dormir, total me iban a encontrar al día siguiente y seguramente me harían una causa penal pero después vería como solucionar eso.
El control dio un nivel alcohólico muy alto, claro, el estúpido además había estado tomando desde antes de la cita...jamás olvidaré las palabras del señor policía "vamos a tener que secuestrar el vehículo..." ¡Y yo sin un centavo, en medio de la nada, en una noche fría (hacía frío además) con el acompañante mas salame del planeta Tierra! ¡Ahhhh noooo!. Por mero instinto de supervivencia bajé del auto y me puse a hablar con una de las mujeres policía que había ahí, le conté todo y rogué clemencia. La mina me decía que no, que no y yo que mirale la cara de boludo, no pueden dejarme en pampa y la vía al lado del coso este por favor blablabla y blablabla y se apiadaron de mi ser y nos dejaron seguir rumbo.
La verdad que no sé si el Taponcito escuchó bien o no mis ruegos hacia la autoridad, pero cuando al fin me depositó en mi hogar me dijo "¿no me vas a invitar a tomar un café?". Ni lo miré, cerré la puerta y fui corriendo directamente hasta mi camita para dormir y soñar con un mañana mas alentador y menos patético.

domingo, 20 de marzo de 2011

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